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Mostrando las entradas de 2012

Rima forzada (como el despertar)

(Hoy no fue un buen despertar, y estas rimas forzadas lo intentan mitigar. Lo intentan) Si a cada paso voy a tientas y el miedo no abandona mi camino Si todas mis banderas siguen a media asta y no hay júbilo que calme este sino Si sigo triste y con vida impuesta y me parecen falsas las flores, y amargos los encinos Si creo a la gente tonta y miro mi ombligo como un cretino Si escribo, siento y persisto sin cambios que iluminen el destino Dejame y gozá completa que soy un fardo, un mal bastardo, no valgo ni un pepino.

Mapa de la #alboradanavideña 2012 sigue en construcción

Ver Por una #alboradaresponsable 2012 en un mapa más grande La segunda edición de nuestra campaña #30D para hacer visible la problemática de la #alboradanavideña en Medellín y el valle de Aburrá me dejó en lo personal varios aprendizajes. Lo primero es agradecer a todas las personas que desinteresadamente ayudaron con su registro gráfico, sonoro o audiovisual. Lo segundo, son tres puntos: 1. La alborada no es mafiosa per sé . Ayer gracias a una corta discusión tuitera con @Johansson_Cruz @JRivillas @misojitos @linagohez, logramos dirimir algo: esperar diciembre no es una práctica mafiosa y es tradicional en Medellín y Antioquia. 2. Conceptos sobre la pólvora quedaron divididos. En cuanto al uso de la pólvora los conceptos si quedaron divergentes: mientras algunos también la consideran tradición, otros la ven estrechamente vinculada con la tradición traqueta de la ciudad. Los últimos no la ven ni buena ni mala en nuestro contexto, dicen que depende de su uso. En mi

Este año volvemos con campaña para hacer visible la #Alboradanavideña

El año pasado hicimos por primera vez un mapa sonoro, gráfico y con videos de lo que siginifica la alborada navideña en el valle de Aburrá. ( Véalo aquí ). Logramos 28 reportes sonoros (mensajes por twitter con ubicación precisa de quemas de pólvora antes de medianoche), 11 audios y 7 videos de lo que pasa en el valle de Aburrá durante la alborada decembrina. En el 2012, pese al poco tiempo que falta, lo haremos de nuevo, con el objetivo de hacer visible esta problemática. Los pasos son los mismos que el año pasado: Esta campaña busca hacer visible la cantidad de pólvora que se quema en la llamada ‘alborada decembrina’ que es la medianoche entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre. Identifique el lugar en el que estará a la medianoche del 30 de noviembre y desde donde hará la captura del audio o video para hacer visible la quema de pólvora, supuestamente prohibida en la ciudad.   Cuéntenos de su idea de ser voluntario en campana30noviembre@gmail.com , o en twitter a @car

Una y cuarto

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-¿En qué reloj es la una y cuarto? -En ninguno, le respondo con firmeza, pese a que miento. Él no entendería que aquel reloj que me regalaste se detuvo en el preciso instante en el que comenzaste a alejarte, a guardar silencio, a no responder a mis llamadas. El preciso instante en el que comenzaste a decir adiós. ( Febrero 17 de 2009 )

Incondicionalidad

La amistad es incondicional mientras dura, o tal vez entiendo mal esas palabras. Sos incondicional para mí: a cada rato me espera tu rostro, tus palabras, tus olores y consejos. En cada esquina me rodean tus recuerdos, trampa incondicional. Tu presencia lo es:  aún, sin estarlo físicamente, vivís en mí. No estás, quizás nunca más regreses, pero sos incondicional. Tal vez no pensás lo mismo, y qué más da -ya no estás, estando aquí completa-.

En el centro de Medellín

Ojalá usted algún día pueda encontrarse a mi hija, yo la admiro mucho, ella es muy constante y juiciosa. Tiene 26 años y pasó a la de Antioquia, y por eso estoy buscando una casita más cerca del Metro porque, como es discapacitada, así puede movilizarse más rápido porque yo no alcanzo a tener para mandarla todos los días en taxi. Ya va a ser un año que quedó parapléjica. Fue un accidente que le puede pasar a cualquiera. Estábamos de afán y ella se subió a la plancha a extender la ropa, allá donde vivíamos no tenía baranda y cuando menos pensó cayó a las escalas. Quedó inconsciente y se fracturó la columna. Usted sabe que es muy delicada. Los médicos dijeron que no iba a poder caminar otra vez y que antes le agradeciera a Dios que estaba con vida. El golpe le afectó la memoria, a veces se le olvidan detalles, pero yo le digo que tiene que salir adelante. Va a estudiar Administración en Salud. Chao pues y gracias. (Julio 29 / 2012)

Bogotá-Medellín 10:58 p.m.

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Portal en el Parque Nacional Natural Puracé. La foto es mía, 2012. No importa en qué lugar de la tierra estés. La vida no cambia: cumplís un rol social, un trabajo para ganarte la vida, unos vínculos que te salvan del suicidio; una muerte inminente, familia cerca o lejos, más o menos información sobre el mundo... Música, licor, sexo, hijos, vida burda en últimas... Vida elemental y básica... Controladores aéreos, meseros, azafatas, periodistas en tránsito, médicos en tránsito. Somos lo mismo. Policía vuelto empresario, empresario vuelto funcionario, funcionario público que resulta Alcalde. Ladrón que acecha, abuelo que mira su pasado y se marea en los aviones. Puta conversa, monja que se libra de la clausuara de ocho años y se convierte en vendedora de una agencia de viajes. Capitán de un vuelo retrasado, esposo que anhela a su amante; divorciado que sigue esperando a que regrese su esposa, alcohólico que ama el aguardiante, chequeo cruzado 1L-1R Activado. 'Buenas noches s

Cedí el paso

Otros van más rápido que yo. Me hago a un lado porque ya conozco el camino. Ellos apenas lo cruzan por primera vez, llevan en sus piernas el fervor de la novedad. No me alarmo, ya entendí que me sobrepasan, me eclipsan, que me sobrevivirán. Después de todo, de tanto que me negué, no es tan difícil ser viejo, no es tan arduo aceptarse limitado, vulnerable y más pasado que presente. Sigo la senda. Voy a mi ritmo: ya aprendí a querer mi camino.

Soñadores en Vida para todos (Comuna 8 - Medellín)

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Los sueños de una de las participantes en Vida para todos. Lo compartí con mis colegas de trabajos diarios. Y aquí también lo quiero dejar.  (Se que el nuestro es oficio cotidiano. Y que esto es paisaje. Pero hoy tuve que escribirlo, quizás como necesidad y desahogo). Feliz tarde, Carlos M. __ ¿Cómo contar que parezca sincera y colorida la historia de unos niños que se graduaron hoy de soñadores en Caicedo pese a que una de ellas me diga, sin asomo de pasmo, "Es que a mi tío lo van a matar, a él ya le tiraron un petardo a la casa en la que vive, entonces eso tiene muy triste a mi mamá"? Me responde una colega: Omites al tío u omites lo de 'soñadora'. O no haces la historia. O dices que estamos tan jodidos que una niña puede soñar al tiempo que habla de muertos como de juegos con muñecas. Yo quisiera que los colores se mezclaran, al fin y al cabo el negro y el blanco son sumas de colores. Mezclarlos finamen

La tienda de doña Esther

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Aún recuerdo el cáncer que la tiró a la cama, la delgadez con que terminó sus días comparada con el bulto que comenzó a crecerle en el cuello, hasta romperle la piel. Mi madre la auxilió, la limpió y la trató con amor. La tendera del barrio, la de gafas gruesas, pelo grisáceo y palabras pronunciadas con enojo y cariño, murió postrada en una cama. Fue de las primeras en llegar al barrio, adecuó con los años y el desempleo una tienda en uno de los cuartos. Nos fiaba porque confiaba en nuestra honradez. Mi madre, cada mes, se quejaba de las 'grandes' cuentas que dejábamos allí: mucha Coca-Cola, leche y muchos chicles. Fue con ella con quien aprendí el valor del dinero y de la costumbre. Aun cuando no estaba saludaba... -Buenas doña Esther, me hace el favor y me da... Y se los apunta a mi mamá. Compré motitas de 100, bombones arco-iris, chicles de 50 (cuál de ellos más duro) y pagaba con el billete verde de 200, el amarillo con naranja de 100 y el azul, como de muerto, de

Con el tiempo (no necesariamente con los años)

 A Natalia Garzón, que me dio la idea sin darse cuenta. (Septiembre 15 / 2011) Con el tiempo uno se da cuenta que no es tan inteligente como creía, tan arriesgado como soñaba; tan independiente como se mostraba a los demás. Con el tiempo uno se da cuenta que no es tan fuerte, que en muchas ocasiones se convierte en lo que critica y que se saca del mundo creyéndose "otro" cuando, simplemente, hace parte de los otros en general:  cae así en el autoseñalamiento y la autocriticadera sin saberlo. Con el tiempo nos miramos al espejo y nos decimos que así fue mejor, que todo en la vida sucede por alguna razón (la cuestión es que casi nadie la encuentra) y que "al que le van a dar le guardan" -y ante eso podemos seguir maquillándonos sin que se se suba el rubor-. Con el tiempo, no necesariamente con los años, uno entiende que es mínimo el mundo que tiene en sus manos porque no siempre se está donde se quiere, ni se comparte con quien se anhela, ni se ama con quien

Lo que me recordó el río

Pretendo volar y más hondo caigo, disfruto el vacío que parece sin término y reitero que no hay que pensar mucho si quiero correr el riesgo, y siento que vale la pena. Disfruto del río, me hago uno con él en sus aguas. Soy lo que la corriente quiere que sea, y también lo que quiero que sea de la corriente: alejándome de ella o aferrándome a las piedras. Otros, como yo, se surten del río que no es exclusivo, que recuerda que nada es exclusivo: si llegás a creerlo es porque no recordás que tiene nacimiento y desembocadura, y vos sos simplemente un punto en ese camino. Este río y estas piedras me antecedieron y seguirán allí cuando ya no exista (así sean otras piedras y otras aguas las del río). Sin embargo, son frágiles y dependientes. Mínimas gotas de lluvia son capaces de volverlo turbio, restarle belleza y quitarle la tranquilidad con que fluye. Igual las rocas, que lentamente se erosionan. El río carga con lo bueno y con lo malo: agua de manantial, troncos de árboles muertos, d

Ya casi se me vencen los boletos

Quiero dejar olvidos en tu cuerpo y hacerte cosquillas en los pies con mis nostalgias Anhelo tu sonrisa con mi desgracia y el llanto que antecede la esperanza. No dejaré huellas: voy y vengo A lo sumo un rasguño, una cicatriz, un vago recuerdo Soy pasajero, no lo olvides y ya casi se me vencen los boletos.

No tiene título 1

"Habrá tiempo", me dijiste con una certeza abrumadora. Como si en tus manos estuviera controlar las horas. Casi te pido que me incluyeras en tus certezas, como una duda. Casi te digo que perdemos el tiempo por jugar a ser grandes, a cumplir con responsabilidades y obligaciones. Habrá tiempo, si somos sus dueños. Ya no somos los niños que un día jugábamos basket y la máxima ilusión del momento era ganar el partido y jugar bien. Nos conocemos de antes pero no somos esos que conocimos. Y vivimos juntos, pero nunca intuimos la presencia del otro. Hoy hubo tiempo de encontrarnos. No quería dejarlo por la simple razón de que no sé si mañana habrá tiempo.

El niño que vi sentado a mi lado

Regresaba del trabajo e iba rumbo a casa. Venía algo contrariado porque salía tarde y llegaba, apenas, al que un día fue mi hogar. Me senté en la penúltima banca del bus. A mi lado un chiquillo de menos de 12 años regresaba de su trabajo. Olía a labor, al sudor que le dejó el día. Tenía unas ojeras peores que las mías y una mirada perdida, triste, que salía por la ventana del bus. Me obligó a guardar silencio. A pensar lo bien que estoy, lo bien que vivo. Mi ser, doblemente contrariado, me obligó a escribir estas líneas.

Los amantes

A mis vecinos, y su concierto nocturno. Los amantes duermen, entre el silencio y la oscuridad, húmedos aún del festín de los cuerpos. Desnudos y separados, cansados después del amor. Ya pasó. Fue fugaz. Agitación, rechinar de cama mal aceitada, gritos que hieren la noche y crispan a los vecinos que anhelan su pasado –otros su futuro–. “¡Amor, regálamelo!”. Ella es la única que grita. Él permanece en el mutismo, en el ajetreo. Parece que llegó. Parece que llegaron. Sus carcajadas burlan la muerte. Mañana despertarán temprano, cerrarán la ventana. Pondrán en orden la casa e irán a trabajar. Vestidos de uniforme, con su lonchera de almuerzo, tomarán el bus. Antes se darán un beso y hasta la noche, donde ya no habrá sexo. Juegan a ser amantes, para salvarse del tedio.

Tres en tres

No tendré tiempo para pulirlas. Y no quiero dejar que se pudran. Aunque igual daría ponerlas hoy o en tres años. Sé que son de las cosas que vivimos todos los días, y no perderán vigencia. 1.Muero de a pocos. Mi mierda ya no tiene olor, mi aliento pierde frescura y cada vez es más difícil lavarme los dientes. Todo el día van conmigo minúsculas lagañas que mis ojos -venidos a menos- no alcanzan a ver bien. Comienza a impregnarse en mí el olor de la naftalina, el olor de virgen de iglesia que trato de evitar, que intento ocultar, que olvido porque mi sensibilidad ante los olores ya es mínima. "No te vistás con esos trapos", dice mi nieta. Me aferro al traje del pasado: nunca imaginé envejecer, menos en soledad. Hay días que, de sudadera  gris y camiseta blanca, me lleno de energía y voy a la gimnasia. Ya no bailo para seducir, me dijeron que era muy bueno para las articulaciones y para la artritis que me aqueja. No hay recuerdos que logren calmarme la angustia que me traen

El japonés del piano

Huyó del mundo atroz que le había tocado en suerte: más de 300 mil suicidios en los últimos 10 años eran la muestra de una sociedad enferma o, al menos, desviada. Cambió el trabajo asfixiante y la producción obsesiva por los viajes y el piano. Luego de pasar por más de 30 países arribó, en 2007, a Medellín. No tardaron en aparecer periodistas y conciertos: un pianista japonés no pasaba desapercibido en la ciudad. Masahiro Saigusa era su nombre y era oriundo de Yokohama. Le vi una vez, practicaba en un piano Steinway & Sons del Teatro Pablo Tobón Uribe. La convicción de trabajar para vivir –y no al revés como obran algunos– lo condujo a un apacible municipio del suroeste de Antioquia, donde vivió de dar clases de su idioma natal. Nunca más supe de él, pero las cifras publicadas esta semana por la Agencia Nacional de la Policía de Japón me lo recordaron. Los nipones informaron al mundo que las tasas de suicidio redujeron a sus niveles más bajos desde 2002: 30.513 perso

Geopolítica de los cuerpos

-Yo quiero estar al norte, allá donde vos estás. -Yo quiero estar al sur, cerca, muy cerca de tus instintos y lejos de tu razón.

Breve perfil (puede convertirse, en cualquier momento, en autorretrato)

Su rostro envejeció muy pronto. En un año su mirada perdió brillo, sus cachetes forma y su cuerpo firmeza. "Estoy cansada, tanto que ni me alcanzan las energías para el sexo". Cambió la voz chillona, los ímpetus de colegiala virgen y de universitaria experimentada. Le teme a ser quien era: "cambiaron mis prioridades", dice y con ello borra de un plumazo sus sueños de viajar, de escribir, de irse lejos. Antes desprendida, hoy aferrada a su novio -a quien le gustan las palabras que denotan compromiso ante la sociedad- y a sus padres, "ellos no me van a durar toda la vida". Perdió sus fuerzas y lo poco que le quedaba de memoria. ¿Último libro leído por gusto?"Siguiente pregunta", ¿última linea escrita por afición? "Siguiente pregunta". "Quería escribir, ser periodista, estar en las calles. En estos días pensaba que todavía puedo escribir... De mercadeo". Hay que acomodar los sueños cuando uno cambia la vida. Quiere familia y des