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Mostrando las entradas de agosto, 2012

La tienda de doña Esther

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Aún recuerdo el cáncer que la tiró a la cama, la delgadez con que terminó sus días comparada con el bulto que comenzó a crecerle en el cuello, hasta romperle la piel. Mi madre la auxilió, la limpió y la trató con amor. La tendera del barrio, la de gafas gruesas, pelo grisáceo y palabras pronunciadas con enojo y cariño, murió postrada en una cama. Fue de las primeras en llegar al barrio, adecuó con los años y el desempleo una tienda en uno de los cuartos. Nos fiaba porque confiaba en nuestra honradez. Mi madre, cada mes, se quejaba de las 'grandes' cuentas que dejábamos allí: mucha Coca-Cola, leche y muchos chicles. Fue con ella con quien aprendí el valor del dinero y de la costumbre. Aun cuando no estaba saludaba... -Buenas doña Esther, me hace el favor y me da... Y se los apunta a mi mamá. Compré motitas de 100, bombones arco-iris, chicles de 50 (cuál de ellos más duro) y pagaba con el billete verde de 200, el amarillo con naranja de 100 y el azul, como de muerto, de

Con el tiempo (no necesariamente con los años)

 A Natalia Garzón, que me dio la idea sin darse cuenta. (Septiembre 15 / 2011) Con el tiempo uno se da cuenta que no es tan inteligente como creía, tan arriesgado como soñaba; tan independiente como se mostraba a los demás. Con el tiempo uno se da cuenta que no es tan fuerte, que en muchas ocasiones se convierte en lo que critica y que se saca del mundo creyéndose "otro" cuando, simplemente, hace parte de los otros en general:  cae así en el autoseñalamiento y la autocriticadera sin saberlo. Con el tiempo nos miramos al espejo y nos decimos que así fue mejor, que todo en la vida sucede por alguna razón (la cuestión es que casi nadie la encuentra) y que "al que le van a dar le guardan" -y ante eso podemos seguir maquillándonos sin que se se suba el rubor-. Con el tiempo, no necesariamente con los años, uno entiende que es mínimo el mundo que tiene en sus manos porque no siempre se está donde se quiere, ni se comparte con quien se anhela, ni se ama con quien