Ir al contenido principal

Polidoro y el dolor de Medellín

Lo obligaron a que les bailara y les cantara. Lo obligaron a que llamara a la casa y preguntara por uno de sus hermanos mayores, al que buscaban, que no estaba en el hogar:

-Mijo, véngase rápido para la casa.
-Sí mami, yo ya voy para allá.
Lo ataron a un poste de pies y manos. Indefenso, le dieron dos tiros en la cabeza. Tenía diez años y lo último que hizo en su vida fue jugar un partido de fútbol con sus amigos. Sucedió el jueves 18 de febrero de 2010  en el sector Juan XXIII de la Comuna 13 de Medellín.
¿Qué pensaron sus asesinos para llegar a tal punto de cobardía?, ¿cómo entender esta enquistada, ciega, maldita y estúpida violencia que nos roba a los más jóvenes, a los que son la esperanza?
Ayer, viendo la obra de teatro Hécuba de Hora 25 pensaba en la madre de ese pequeño que, como la reina de Troya, sólo se reencontró con él cuando ya estaba convertido en un cuerpo inerte, cuando ya se habían fugado de esos ojos los rastros de la alegría permanente que tiene la niñez.
La guerra, nos lo muestran los griegos y lo vive mi ciudad, la hacen en su mayoría los hombres. Esos que ríen a carcajadas por su aparente fortaleza, esos que disfrutan con el dolor ajeno y la crueldad sin límites.
Asustados, esperando y sollozando están las mujeres y los niños. Ya no se está salvo ni en casa, ya son botín dispuesto para el que gane la guerra.
Para concluir y lo que más me preocupa: los que hicieron esto tienen que pagar y el más alto castigo que la justicia permita. Pero la violencia no se revierte con más violencia ni con testimonios altisonantes como el del Coronel Luis Eduardo Martínez, que pide la pena capital como si con eso fuera a mejorar el respeto por la vida en nuestra ciudad.
Paz en la tumba del pequeño de 10 años. Y en la tumba del chico de seis años que fue víctima de una bala perdida esta semana, también en la Comuna 13.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Por qué Pirulín con cola?

Pirulín con cola, pirulín con cola: que dos palabritas hacen una sola. En estos días de finales, en los que todos queremos salir a vacaciones y ya se empiezan a ver los adelantados alumbrados navideños -que en Medellín comienzan desde septiembre- me detengo un momento a contarles por qué el nombre de mi blog. Una vez estaba en casa de mi prima Maria Antonia -una pequeña de cinco años- cuando ella comenzó a cantar esta canción, que en original es entonada por los niños de Cantoalegre en Un, dos, tres por mí y por todos . La sensación que me despertó fue de sorpresa y alegría, verla cantar con la energía y candidez que solo tienen los niños fue recordar aquellas épocas en las que el tiempo no pasaba, tiempos en los que el único afán era salir al parqueadero a jugar con los amiguitos o esperar en la ventana de mi casa la llegada de mi abuelita, con quien jugaba tardes sin término para después caer rendido, dormido, al lado de alguien que vigilaba nuestro sueño. La niñez es como un su...

'Desgarradura' de Piedad Bonnett

Recomiendo su antología 'Los privilegios del Olvido'. Esta foto la tomé en Otraparte el 15 de noviembre de 2011. Hace unos días estuve en Otraparte, Envigado, escuchando a Piedad Bonnett. Recientemente ganó el Premio Casa de América de Poesía Americana por su libro 'Explicaciones no pedidas'. Hoy, Generación de EL COLOMBIANO, publicó su poesía 'Desgarradura', que escribió ella para su hijo -Daniel Segura Bonnett- cuando se fue a estudiar artes a Nueva York. La reproduzco aquí, tal cual salió en Generación, en memoria de Daniel (a quien no conocí) y por ser ella una de mis poetisas favoritas. Desgarradura Otra vez sales de mí, pequeño,                                            mi sufriente. Otra vez miras todo con mirada reciente, y llenas tus pulmones con el aire gozoso. Ya no lloras. El mundo, de momento, no te duele. Todo es tibio esta vez, caricia pura, como...

Mil pitos a favor de las mujeres en Antioquia

Los jueces lo utilizan a diario en millones de campos de juego para impartir orden y las mujeres en Antioquia lo aprendieron a usar contra la violencia intrafamiliar y de género de la que son víctimas. Un simple silbato ha logrado evitar que golpeen a las mujeres en los campos de Antioquia, en las calles de Medellín, en los cuartos de sus hogares que dejan de ser refugio para convertirse en cárcel. Ya probó su efectividad. Rocío Pineda, secretaria de equidad de género de la Gobernación y reconocida defensora de la mujer, lo ha usado en cinco episodios de violencia de género que ha presenciado en las calles y no se ha rajado. El ruido ensordecedor los distrae de la pelea y los disuade de los golpes.   Incluso se conoce el caso de una adolescente a la que salvó de ser violada en el baño del colegio por parte de sus compañeros de clase. Su uso es sencillo y recomendable: guarde en la cosmetiquera, o en algo que siempre lleve con usted, un silbato –sirven hasta los...