Elevarse y dejar volar los sueños y las personas que amas, sonreír al verlos a ambos revolotear entre las nubes (blancas, grises, rojas o amarillas), enorgullecerse por saber que llegaron tan alto.
Juguetear como pequeños así estemos grandes, sentir inquietud al pensar cuál será su fin: ¿se enredará en un alambre?, ¿se quedará para siempre en un bache de la vida?
Dejar que ambas inevitablemente se mojen, tengan problemas y vicisitudes, no hay elevada de cometa sin nubes negras y sin algodón de azúcar para hacerlas más dulces.
Volar con los dos, y cuando llegue el momento enredar la pita, recoger las colas, guardar la cometa y continuar buscando el viento favorable, en otro tiempo y en otro lugar.
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