Sentirse un colado en un encuentro de amigos es de las peores sensaciones que puede experimentar cualquier persona. Así me sentí el pasado sábado en La Venta de Dulcinea, en un concierto casi anónimo, sin publicidad, íntimo podría decirse. Igual allá estuve y valió la pena.
Esa noche, julio 10 de 2010, Bernardo Quesada se presentó por primera vez en concierto en Medellín. ¿Quién es? Un cantautor tico que le apuesta a los nuevos modelos de distribución de la música, una música que a él le nace no por los criterios del mercado sino por los criterios del sentimiento, de la vivencia, de las historias que despiertan en canciones plenas de significados.
Aquí Bernardo Quesada y Pala
Bernardo Quesada es auténtico cantautor, detrás de cada una de sus canciones hay una experiencia, una anécdota, un vivir. Junto a él estuvieron Alejo García y Pala. No se necesitó más que la guitarra y unas copas de vino para que fuera una noche tranquila, una noche melodiosa en compañía de la lluvia, que a ratos llegaba para escuchar las canciones.
Homenaje a un periodista de esta tierra
Pasó de agache, casi desapercibida, para muchos fue simplemente una canción más, un periodista más asesinado por hacer bien su tarea. Valía la pena detenerse en “Que viva la malicia indígena”, tema compuesto por Quesada en homenaje a Parmenio Medina Pérez, periodista paisa radicado en Costa Rica que fue asesinado el 7 de julio de 2001.
Parmenio queda eternizado en esta canción que se escuchó por primera vez en Medellín, ciudad que lo vio crecer, el sábado anterior. Valga ese recuerdo y estas escuetas líneas en memoria de un periodista valeroso que entregó su vida por decir la verdad.
Al terminar la canción dijo Quesada: “Ahí le contaré a Marta Medina que por aquí estuve”.
Sobre este reportero asesinado cuenta su hermano Gonzalo Medina Pérez en “Ocupar una casa, habitar un sueño”, libro autobiográfico de la familia Medina Pérez:
“Valga citar a Parmenio, destacado en Costa Rica como una de las grandes voces de la radio y la televisión con su programa de siempre, ‘La Patada’. Mas para conquistar tal reconocimiento, fue necesario oponer tenacidad y luchar contra la adversidad y el pesimismo. Porque después de intentar en diversos oficios, incluyendo la locución en la radio local, Parmenio llegó a la conclusión de que su destino estaba más allá de su país. Juntando unos pocos ahorros y muchos préstamos, nuestro hermano partió en 1968 a Costa Rica.
“A mediados de los años noventa, Parmenio terminó enfrentándose al padre Minor Calvo, director de Radio María, y a Jorge Castillo, empresario colombiano que antes de llegar a Costa Rica fue propietario del Deportivo Independiente Medellín y luego denunciado por enriquecimiento ilícito por otros directivos de este equipo.
“Parmenio, padre desde muy joven de cinco hijos, abuelo y bisabuelo a sus 62 años de edad, se propuso denunciar en su programa la financiación de Radio María con dineros del narcotráfico. Al principio recibió llamadas y mensajes escritos como respuesta, buscando acallarlo. Él, sin embargo, prosiguió con sus programas de señalamiento público. A Parmenio le enviaron después, unas grabaciones con un tono mucho más perentorio, exigiéndole parar tales denuncias (...)
“Por el contrario, nuestro hermano se mantuvo en su postura y tomó medidas de seguridad, incluyendo un revólver que empezó a acompañarlo (...) Cuando estaba en las afueras de su casa en la ciudad de Heredia, cerca de San José, Parmenio fue atacado a bala por varios sicarios y lo dejaron moribundo. Curiosamente, nadie salió en su ayuda. La vida se le escapaba gota a gota, segundo a segundo, no obstante estar en plena vía pública. Parmenio murió asesinado por sicarios nicaragüenses contratados por colombianos -¡vaya ironía!- y el padre Minor Calvo, siguiendo instrucciones del propio Castillo”.
En el diario La Nación hay todo un especial que cuenta la historia y el desenlace del asesinato de este antioqueño que se fue a Costa Rica a representar el buen periodismo.
Otros links que pueden resultar de interés para saber un poco más sobre Parmenio Medina Pérez:
Y buscando en la red encontré otros dos homenajes musicales que le rindieron a este periodista.
Nunca Vencidos, del grupo Inconsciente Colectivo de Costa Rica
Como todos sabemos la memoria es caprichosa, al menos mientras estemos vivos, ¡prohibido olvidar!
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