Hablo en primera persona, como solo puedo hacerlo al hablar de mi profesión:
Hoy, lo que realmente hemos conocido o nos han enseñado como lo que debería ser el periodismo, es lo que menos vemos presente en nuestras salas de redacción. La alegría de un buen tema, de una buena reportería hecha con el tiempo suficiente, se convierten en excepción, en "gol", en "meter" un tema (pero por fortuna existen).
Por eso, estoy completamente de acuerdo con las personas que dicen que el periodista va a desaparecer: si lo único que hacemos en nuestra vida como reporteros es “darle la vuelta” a los comunicados de prensa, lo mejor que puede pasar es que nos eliminen y que tomen nuestro puesto los comunicadores de las organizaciones, los que realmente informan al mundo actual.
Además, las prácticas sociales cambian y, supuestamente, nosotros vamos a la par con esas búsquedas. De hecho, ya somos aparentemente convergentes. Seamos sinceros, solo hemos cambiado de plataforma tecnológica: seguimos haciendo el periodismo de siempre -el que leyeron padres y abuelos-. La única diferencia es que le agregaron twitter y facebook (algo así como las cartas al lector o las llamadas de los oyentes a la n potencia). Estos cambios no produjeron modificaciones efectivas en la agenda, solo cambios efectistas (tengo la esperanza que realmente cambiemos algún día la agenda).
Recién comienzo mi práctica y observo con preocupación que la realidad, la academia y los medios siguen y aumentan cada día su distanciamiento. No es cuestión de estar unidos indisolublemente, el asunto es de complementariedad.
A todos los amigos que nos formamos para algún día llegar a ser periodistas, a aquellos que nos formaron para ser lo que más queremos, y a aquellos que ya lo son: ¡Feliz día del periodista!
PD. Nuestro oficio no consiste en hacer una única megaobra de toda la vida, el trabajo es el de la hormiga, el de la persistencia, el de estar todos los días al lado de las personas.
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