El mercado de la música es agreste en la ciudad, el país y el mundo. En las emisoras no suenan los que tienen buenas letras o buena música, suenan los que tienen plata para pagar la famosa “payola”, o dinero que exigen las emisoras de radio a los productores y músicos para que sus canciones suenen.
Por fortuna la buena música llega a nosotros por otros medios, Internet o en este caso una deliciosa invitación de la Corporación Otraparte. Allí Alejo García, un cantante paisa de 35 años influenciado fuertemente por la música andina, compartió con un público íntimo y familiar su tercer álbum, “Interior”.
Este cantante -que de pequeño era bicicrossista patrocinado por la fábrica de gomitas de su abuelo paterno- trabaja todos los días por difundir sus letras, que hablan de amores que fueron y ya no son, de encuentros y desencuentros.
Alejo no es como los artistas comerciales que tienen un séquito de colaboradores que los siguen, él tiene muy buenos ‘parceros’ pero igual le toca hacer muchas tareas para que su música sea difundida: “escríbanme al correo, no crean que detrás de él hay un gnomo que lo revisa. No, soy yo el que siempre estoy detrás”.
Los cantantes se parecen mucho a los escritores y a los poetas: se lanzan al vacío sin pensar en las consecuencias porque sólo saben hacer bien lo que aman, no importa que eso sea poco comercial o “no dé plata”, como dicen muchos que aún tienen la mentalidad del antioqueño del siglo pasado.
Alejo es un ejemplo de que se puede perseverar, de que es posible buscar otros caminos para lograr la difusión de la música independiente.
No importa que todavía muchos no lo conozcan, no importa que muchos lo ignoren por no estar dentro de los circuitos comerciales: este paisa de a pocos se está dando a conocer por una sencilla razón, la música de calidad se distingue sin necesidad de emisoras ni “payolas”.
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este cantautista colombiano...
Alejo García